Entrevista al cineasta Santos Moncayo
Te agradezco mucho tu tiempo para que podamos platicar sobre un tema súper importante que es el respeto a la diversidad de todo tipo, pero que particularmente en este mes le queremos dar visibilidad al movimiento LGBTQ+. Antes de iniciar con este tema me gustaría que me platicarás quién eres.
Hola, muchas gracias por la entrevista, por invitarme y por esta oportunidad. Yo soy Santos Moncayo, soy homosexual, soy cineasta, tengo 35 años y soy parte de la comunidad.
Me gustaría que nos compartieras cómo fue para ti esta experiencia personal de descubrirte. ¿Estuviste acompañado desde el principio?, ¿en qué momento pasó?, ¿cómo fue esta revelación para ti?
No sabría si contarlo desde que salí del closet y literalmente me hice parte de la comunidad o si desde que nací, pero bueno, en cualquier caso, no sé si llamarlo como hacer las paces con mi identidad, porque yo no considero que haya batallado mucho con la parte de aceptarme a mí mismo. De ninguna manera esto significa que fue un camino fácil.
Yo salí del closet a los 16 años. Como tal vez muchas de las infancias LGBT que vivimos en la actualidad, yo creo que el cerebro hace de las suyas en la infancia, como para negar ciertas cosas o esconderlas o como que simplemente complejizarlas. Ya cuando eres adulto y regresas a pensar en todas esas cosas, te parece muy lógico y te queda claro lo que significaban esos sentimientos, emociones y todo lo que ocurría. En mi infancia no necesariamente yo era muy consciente, como sé que muchos niños sí lo son desde muy pequeños. Yo más bien cuando empecé a tener curiosidad fue al inicio de mi adolescencia. La primera vez que besé a un chico fue a los 16 años, y en ese instante me cambió la vida, en ese momento lo entendí todo. Realmente no tuve un conflicto conmigo mismo. Eventualmente sí tuve que entender muchas cosas, porque ser parte de la comunidad también implica entender que eres parte de una minoría y que eso tiene un impacto en tu vida social, en tu desarrollo, en donde vives, en tu familia, etc.
Pero tal cual ese instante en el que besé a un chico y supe que ese era mi camino fue algo increíble. La verdad es que fue hermoso, fue una de las mejores experiencias que he tenido. Me sentí muy agradecido de haberme dado por fin cuenta, porque eso realmente era lo que necesitaba, lo que hacía falta, lo que me hacía completamente sentido. Dije, este placer que estoy sintiendo al besar este chico por primera vez, lo tengo que replicar cuantas veces pueda en mi vida.
Esto lo estoy contando desde mi experiencia, porque no todos lo viven igual. Estoy consciente de que afortunadamente tuve ciertos privilegios que me ayudaron en el viaje de la aceptación de mi identidad sexual. Como el ser un hombre cisgénero, que soy hombre, que de alguna manera tal vez tengo características físicas que son hegemónicas y que entonces dentro de esta sociedad heteropatriarcada, pues realmente me ayudaron mucho tiempo a navegar mis experiencias con la aceptación de mi identidad LGBT.
Más allá de que me gusta ser yo mismo, me gusta ser libre. A mí me gusta que la gente sepa que yo soy LGBT, o sea, me gusta que la gente sepa que yo soy gay, y no solo que no me avergüenzo, sino que vivo con orgullo mi vida. Me gusta plantear en la conciencia de la gente con la que convivo todo lo que soy. Me gusta que la gente lo sepa y que se comporte con esa conciencia de que está enfrente y en la presencia de una persona que es gay.
Entonces, tú de manera interna lo viviste con mucho orgullo y sin tanto conflicto, pero hacia el exterior ¿cómo fue tu experiencia?, ¿cómo fue salir del closet?
Para mí hubo dos esferas que fueron muy relevantes. Una es la esfera de las amistades, gente contemporánea, con quienes compartes tu vida. Y la segunda es la familia, que creo para casi todos es como este último nivel de salir del closet, y hacerlo oficial, porque al final de cuentas la familia tiene obviamente una carga emocional gigantesca. En estas dos esferas mis experiencias fueron completamente diferentes una de la otra, y al final más allá de si fueron buenas o malas, yo las quiero mucho porque me llevaron a ser quien soy y a construir mi propia identidad.
Después de que besé a este chico y fue como esa explosión dije “yo no me quiero frenar ni tantito”. Me sentí tan seguro que yo le hablé a mis amigos de la secundaria y de la infancia y les dije vamos a vernos. Nos reunimos y les conté que había besado a un chico, que era gay y que estaba muy feliz y contento. La verdad recibí reacciones amorosas, también fueron sorpresivas, pero positivas. Creo que también mi propio carácter me ayudó, no me gusta agacharme, ni sentir vergüenza.
Con mi familia fue diferente, yo no planeé hacerlo, simplemente me descubrieron. Sí fue choqueante, una experiencia muy dramática, Cuando mi papá se entera se armó un desmadre, no reaccionó nada bien, fue como que recibió la peor noticia de su vida. Reaccionó de una manera súper fúrica, yo lo sentí como reto “ah, no soy puto, ah, pues ahora voy a ser putísimo. Me dio coraje, que me rechazara y dije yo no voy a chingarme, yo no voy a caerme, yo no voy a dejarme. Por supuesto, yo desde mi inocencia, mi juventud y rebeldía de creer que yo me podía comer al mundo solo.
Curiosamente ahí empezó mi viaje con la psicoterapia… Cuando mi papá me dice esto no está bien y me lleva con un terapeuta para que me cure tal cual, porque el decía que algo en mi cabeza no estaba bien y necesitaba que se me quitara lo gay. Llego con ese primer terapeuta y me dice tú estás bien, tu papá está mal, pero ven porque me parece adecuado que a través de la terapia empieces a obtener herramientas para poder entonces sobrellevar todo esto que te está pasando, estás saliendo del closet, tu padre es homofóbico, etc. Así empieza mi viaje con la psicoterapia, con el pie derecho, pudo haber sido cualquier persona, pero afortunadamente no fue cualquier persona, era una persona bastante seria, normal, que me validó y me brindó la ayuda para que yo pudiera poner límites y accionar hacia ser responsable de mí mismo.
Dentro de tu grupo de amigos, los gays de la prepa, como les gustaba ser identificados y donde encontraste ese apoyo y que fue de alguna manera tu primer acercamiento a la comunidad LGBTQ+ ¿hubo alguien más que fuera a terapia?
Solo una persona más. En realidad, nosotros mismos éramos nuestra red de apoyo. Vamos, claro que nos hubiera servido la guía y obviamente nos hubiera ahorrado mucho drama. Regresando el tiempo, claro que ese grupo de adolescentes necesitábamos un terapeuta con urgencia, jajajaja pero no todos tuvimos ese apoyo. Yo lo tuve y desde este momento a la fecha he tenido más experiencias de terapia con otros terapeutas.
De estos otros procesos psicoterapéuticos que tuviste ya en tu adultez, ¿qué te llevó a terapia?, ¿qué buscabas descubrir?, ¿en qué sentido te ayudó en la construcción de tu identidad?
Viendo hacia el pasado y yendo hacia una introspección muchísimo más madura empiezas a entender muchísimas otras cosas más complejas y profundas que están dentro de ti. Una especie de homofobia interna que existe, incluso dentro de las personas que somos parte de la comunidad y que somos gay. Me llevó a entender qué significa realmente, de dónde viene, cómo sale, por qué permanece, cómo se instaló y cómo de pronto empieza a presentarse y a salir de unas maneras que no te imaginabas.
Mi identidad LGBT realmente está impregnada en absolutamente todo lo que hago. Todo lo que vivo en este mundo viene desde un corazón y desde un cerebro LGBT. Ni siquiera lo pienso, simplemente es quien yo soy, pero eventualmente te das cuenta que ser parte de la comunidad, también es ser parte de una historia, que implica entender cómo funciona en la sociedad, cómo existen las divisiones, qué lugares existen específicamente para nosotros, por qué existen esos lugares, es acerca de seguridad o es acerca de compartir y experimentar o de construir una identidad en comunidad.
La comunidad LGBTQ+ somos parte de una historia, muy compleja y universal, que de alguna manera tiene eventos que han servido para dejar antecedentes de la lucha y de la intención de cambiar el mundo hacia una aceptación, por un rechazo que de pronto es muy estúpido y difícil de entender.
Yo creo que lo mejor que me pudo haber pasado en la vida es haber nacido gay, porque al ser parte de una minoría de alguna manera te ves obligado a entender el mundo desde un lugar de rechazo que te hace hacerte preguntas muy pronto, sobre quienes somos, por qué somos perseguidos y discriminados, de dónde viene este miedo o este odio y eso te lleva a hacerte desde las preguntas más básicas como quién eres, qué es lo que estás haciendo aquí y teniendo esa realización (respuestas) darte ese permiso de ser libre.
El conocimiento de ti mismo que obtienes a través la terapia es liberador, de la misma manera que es liberador hacerte cargo con orgullo de tu identidad LGBTQ+. El orgullo es importante, es el discurso que surge para contrarrestar ese otro discurso de odio… la vergüenza se combate con orgullo. Porque es a través de ese orgullo que eventualmente las personas que pertenecemos a la comunidad nos empoderamos y seguimos adelante.
¿Por qué es importante celebrar el orgullo LGBTQ+?
Al final del día las personas Queer hemos existido siempre, existimos antes, existimos en el presente, pero sobre todo vamos a seguir existiendo, por lo que no vamos a pedir permiso. Cada día van a seguir naciendo personas LGBTQ+ y es muy importante que todo el tiempo, estemos manteniendo en alto el discurso del orgullo porque siempre va a haber gente que se necesite apoyar, para poder sobrellevar lo que todavía, hoy en día sigue siendo un motivo de rechazo, de miedo y de discriminación. Mientras el mundo no cambie siempre va a haber la necesidad de seguir compartiendo y replicando el discurso del orgullo, porque es una forma de amortiguar este otro discurso de odio que busca generar vergüenza. Es la forma de empoderarnos y transformar eso en amor y volverlo tuyo.
¿Qué consejo le podrías brindar a esas personas que se encuentran en este momento de descubrir, aceptar y construir su identidad LGBTQ+?
De entrada, les diría que se permitan ser humanos, que se permitan sentir miedo, porque todas esas emociones que se consideran “negativas” son las que te van a motivar a actuar. Es normal sentir miedo. Pero el miedo es una brújula, que de alguna manera te está marcando el camino hacia la dirección correcta. Caminar con valor hacia tu miedo siempre trae consigo una nueva lección sobre ti y te lleva a un nuevo nivel. Es esto lo que ocurre con las personas que están descubriendo su identidad LGBTQ+. Se siente miedo, pero porque el miedo te está tratando de decir que por ahí es, que hacia allá eres feliz. Está bien tener miedo y tener todas esas dudas, pero de alguna u otra manera es importante escuchar ese miedo para caminar hacia él y poder resolverlo.
Haber atravesado tu miedo es una de las sensaciones más hermosas que puede experimentar el ser humano y esa satisfacción de haberte empoderado y de haber salido adelante de algo que en algún momento se te hizo una montaña imposible. El miedo es una cosa básica del crecimiento, del desarrollo y del disfrutar ser humano, es lo que nos cambia.
Otra cosa que le podría decir a los chicos que están saliendo del closet es que no hay prisa y que busquen apoyo dentro de la comunidad. Incluso puedes empezar diciéndoselo a una sola persona. Tal vez decírselo a alguien que te ame es una buena idea.
También les diría que vayan a terapia. Que ir a terapia es darte cuenta de que tú escribes tu guion a tu ritmo, que realmente tu vida es el presente y que tú lo decides a partir de ahora y eso es lo que importa. Que realmente este empoderamiento que en algún momento tal vez creíste que no tenías, sí lo tienes.
¿Qué le agradecerías a tus psicoterapeutas?, ¿qué crees que ha sido lo que más te ha marcado o lo que más te ha beneficiado de esos procesos terapéuticos?
Mi presente hoy se lo debo a la terapia. Mi presente el día de hoy es producto de haberme enfrentado a mí mismo a través de una terapia y, a partir de eso haber tomado el control de mi vida. De tener esa satisfacción y esta tranquilidad de estar parado en mis pies y decir este es mi lugar. La psicoterapia ha sido un parteaguas en mi vida. Hoy veo mi vida hacia atrás y pienso cómo ha cambiado, cómo he cambiado de decisiones, cómo he tomado conciencia de ciertas cosas y darme cuenta que estoy mucho mejor que lo que estaba hace años.
Yo creo que la terapia es como ir al gym, si vas diario al gym vas a tener un cuerpo precioso y una salud física increíble, y todo mundo lo nota. Ir a terapia es similar, es como un gimnasio para la mente y el corazón. Se tiene esta concepción de que la terapia solo te ayuda si tienes un problema en específico, pero no necesariamente, por ejemplo, si estás yendo a terapia constantemente puedes desarrollar esta agilidad psicoemocional y adquieres la capacidad de resolver. Es algo que se va practicando. Tener un terapeuta que te ayude a rebotar tu propia historia de vida es esencial… yo la terapia no la dejo.
O sea, cualquier persona, en cualquier etapa de su vida, en cualquier momento, chiquitos, grandes, LGBT, o lo que sea, debe ir a terapia. Creo que es importante entender que la terapia es un espejo de magia que te revela cosas que tú solito no puedes llegar a ver. De lo primero que pregunto cuando conozco a alguien es si va a terapia.
¿Te refieres al momento de elegir pareja?
Sí. Si un vato ha ido a psicoterapia ¡puntos extra! Me resulta muy atractivo esta capacidad que tiene la gente de poder revisarse a sí mismo, ser consciente, tener esa seguridad, esa inteligencia o ese permitirse ser vulnerable. Estar con alguien que va a terapia, más allá de lo que falte o no falte, es estar con alguien que está dispuesto a hablarlo, a pensarlo, a trabajarlo, y a concientizarlo. A mí me parece que hay una diferencia muy grande entre las personas que han ido a terapia y las que no.
Ok, pensando en esto, en relaciones de pareja, ¿alguna vez has tomado algún tipo de terapia que no solo sea individual, tal vez familiar, de pareja o de dos? ¿cómo fue esa experiencia?
Sí con mi última pareja tome terapia y me encantó. Lo que motiva a las parejas a ir a terapia es el deseo de resolver las cosas, pero también sucede que, si la terapia funciona y empieza a tener efecto, también te empiezas a liberar de ciertos miedos, y a plantearte ciertos futuros que antes te daban mucha ansiedad (como el de la separación).
Cuando el terapeuta nos dijo, pues pueden pasar muchas cosas, puede pasar que lo resuelvan, pero puede pasar que no y que se termine, yo me indigné jajajaja… yo dije, no pues para qué vengo. Yo llegué con la idea de salvar mi relación y arreglarla, yo pensaba que era imposible que yo terminara esa relación, o sea, jamás, decía yo no voy a poder con eso, simplemente no estaba en mis opciones. Pero conforme transcurrió la terapia me di cuenta de muchas cosas, fue una gran oportunidad de hablar, de entender, y ya con más calma y con una persona (el terapeuta) que servía no solo de moderador, sino de receptor y acomodador de la información, se revelo que no queríamos continuar con la relación.
Me costó muchísimo trabajo, fue muy difícil y doloroso, pero maravilloso a la vez. La terapia me fue ayudando, me fue permitiendo darme cuenta que es lo que yo quería y pedirlo y buscarlo, y justamente enfrentar ese miedo tan grande que me daba terminar esa relación. Al final del día era la siguiente etapa a la que tenía que avanzar en mi vida y definitivamente ocurrió gracias a la terapia y salí adelante gracias a ella.
La gente piensa que va a terapia de pareja para resolver los problemas y quedarse ahí toda la vida y pocas veces se habla de que también puede revelar otras opciones, incluso la de la separación.
Claro, la gente llega a terapia con la intención de resolver, pero resolver no siempre significa continuar. Si la terapia funciona, si la terapia resulta y empieza a tener efecto, justamente te vas liberando de ciertos miedos y entonces empiezas a poder plantearte futuros, que tal vez antes te daban muchísima ansiedad o muchísimo miedo.
Haciendo un balance de todas estas herramientas y de todos estos procesos terapéuticos que has tenido, a la par del gran apoyo que recibiste de la comunidad LGBT, cómo es hoy en día tu relación familiar, que tal vez al principio fue como que lo más difícil de conciliar ¿cómo la vives?
Tengo la aceptación prácticamente de casi toda mi familia, o sea, mi papá es el único que no lo acepta y mantiene una distancia como muy significativa con respecto a mi sexualidad. Esto ha puesto una barrera entre nosotros, porque ese rechazo hacia mi identidad, es como cortarme el 90 % de lo que soy y sí genera una distancia entre él y yo al final del día.
Pero bueno, no es algo como que yo guarde rencores o que sea un motivo por el cual no pueda ir a disfrutar de pasar tiempo con mi familia. A lo mejor paso menos tiempo. Ya tiene algunos años que no tengo una relación, que soy soltero y entonces realmente siento que no he tenido la necesidad de generar ruido en la familia, de querer llevar a alguien y presentarlo. Ese tipo de caos va a llegar eventualmente, pero ahorita no está en mis planes.
Tampoco es algo que me preocupe el que que mi papá me llegue a aceptar o que yo le puedo presentar un novio. En algún momento me afectó, pero eso ya quedó atrás. He sido capaz de formar mis propias redes de apoyo desde otros lados y son suficientes, son bellísimas, y no podría pedir algo mejor. Y obviamente todo esto en el contexto de que el resto de mi familia, mamá y hermanos me aceptan, me adoran, conocieron mis exes, de su parte siempre ha habido esa aceptación. Siempre he contado con el apoyo de mi mamá y su amor incondicional siempre me ha dado mucha seguridad. También se que parte de mi carácter seguro y de haber podido salir adelante viene desde ese apoyo que he recibido siempre.
Finalmente, qué le dirías a una persona que forme parte de la comunidad LGBTQ+ que está pensando si asiste o no a terapia o que todavía tiene dudas.
Yo mandaría a cualquier persona a terapia jajajaja. Si tuviera la oportunidad de hablar con esa persona, me gustaría conocerla y que esa persona en esa plática me conociera a mí y que a través de mí conociera el resultado de lo que es ir a terapia. Lo que haría sería compartir mi propia experiencia, porque ha sido magnífica, ha sido el ingrediente que cambió mi vida y que me tiene aquí hoy. Más que tratar de convencerlo le diría te voy a hablar de mí, cómo me ha ido a mí con la terapia, qué pasa después de esto.
Cuando tienes mucho tiempo de conocer a una persona y esa persona empieza a ir a terapia, empiezas a ver el cambio, porque los cambios son evidentes, poner límites, autorregularse, etc. Y cuando esta persona lo empieza a ver, esa persona de pronto empieza a pensar y qué pasaría si yo voy a terapia, qué pasaría si la terapia tiene ese efecto también en mí. Cuando estás cerca de alguien que está atravesando por un proceso de terapia efectivo que está funcionando eso te motiva a querer intentarlo, por eso lo que yo podría hacer por una persona que está pensando en ir a terapia, es mostrarle y hablarle acerca de mi experiencia y decirle todo esto que tengo en mi vida es producto de haberme acercado a pedir ayuda, de haberme vulnerado para para poder permitir el cambio, el crecimiento, por más doloroso que sea. Entonces yo creo que le diría “veme”.
Antes de despedirnos, me gustaría que me dijeras en tres palabras, con qué te gustaría cerrar de todo lo que platicamos hoy.
Orgullo, valor y paciencia. Creo que esto es algo que no puedes evitar cuando naces gay. Entonces es una realidad, es el presente y es cuestión de tiempo.
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